Los Boston Celtics han encontrado en Payton Pritchard una fuente inesperada —y cada vez más confiable— de puntos desde el perímetro. En los últimos partidos, el base ha elevado su nivel ofensivo y ha convertido el tiro de tres en una de sus armas más letales. Su precisión desde larga distancia se ha convertido en un recurso fundamental para ampliar ventajas o recortar diferencias rápidamente. No sorprende que los aficionados más fieles busquen camisetas basket con su dorsal, orgullosos de un jugador que demuestra que el esfuerzo y la confianza dan resultados incluso en la élite de la NBA.
La temporada avanzaba con los reflectores puestos sobre figuras como Jayson Tatum, Jaylen Brown y Kristaps Porziņģis. Sin embargo, mientras el foco estaba en los nombres grandes, Pritchard trabajaba en silencio, aprovechando cada minuto que recibía desde el banquillo. Ahora, ese trabajo rinde frutos: el joven jugador se ha consolidado como una amenaza exterior real, capaz de encenderse desde la línea de tres y dinamitar partidos en cuestión de minutos.
En un reciente encuentro ante un rival directo de conferencia, Pritchard encestó cuatro triples consecutivos en un solo cuarto, desatando la euforia en el TD Garden y obligando al técnico rival a pedir tiempo muerto. Su lanzamiento rápido, su capacidad para crear espacio sin balón y su lectura del juego le permiten encontrar buenos tiros sin necesidad de acaparar protagonismo.
El entrenador de los Celtics ha elogiado su ética de trabajo y su adaptación táctica, destacando que tener un jugador así saliendo desde la segunda unidad ofrece al equipo una versatilidad ofensiva invaluable. Cuando el equipo titular necesita descanso, Pritchard mantiene la intensidad ofensiva e incluso mejora el ritmo del partido con su energía y velocidad.
A nivel colectivo, los Celtics están destacando por su capacidad para abrir la cancha y castigar desde el perímetro. La combinación entre una defensa sólida y una ofensiva con múltiples tiradores ha hecho de Boston un contendiente serio al título. Pritchard, sin ser la primera espada, ha encajado perfectamente en ese plan de juego moderno, convirtiéndose en un factor sorpresa que los rivales ya no pueden ignorar.
El camino hacia los playoffs aún es largo, pero si Pritchard continúa con esta progresión, podría ser una de las piezas clave en la rotación cuando llegue la hora de la verdad. Su capacidad para cambiar el curso de un partido con un par de triples lo convierte en un arma silenciosa pero devastadora.